EL BALLET
Esta danza surgió durante el Renacimiento, cuando
las bodas y los eventos aristocráticos eran celebrados con bailarines de
la corte que mostraban sus destrezas. Con el paso del tiempo, los
movimientos y los pasos fueron perfeccionándose.
Además de ello también hay que destacar que fue en Francia y
concretamente durante la etapa del reinado de Luis XIV cuando se llevó a
cabo la profesionalización de la danza clásica. Así unos cuantos años
después, en la segunda mitad del siglo XVII, fue cuando abrió sus
puertas la que está considerada como la primera escuela de danza
clásica. Nos estamos refiriendo a la Académie Royale de la danse.
El ballet puede constituir una pieza autónoma o ser intercalado dentro de una ópera o de una obra de teatro. Entre los distintos tipos de danzas clásicas pueden mencionarse al ballet cortesano, el ballet romántico y el ballet de acción.
El ballet cortesano es aquel que nace en Francia a finales del siglo
XVI y, como su propio nombre indica, surge en el entorno de lo que es la
corte. Bailarines profesionales, cortesanos y también los propios
miembros de la familia real son los que llevan a cabo dicha danza
clásica. Entre las obras más características de este tipo de danza se
encuentra, por ejemplo, la que lleva por título “Ballet des Polonais”.
El ballet romántico, por su parte, podemos establecer que es aquel
que nace en los primeros compases del siglo XIX y estuvo en vigor hasta
el año 1850. Entre las obras más características del mismo se halla “La
Sílfide”.
Y finalmente está el citado ballet de acción que nació en el siglo
XVIII y que se identifica fundamentalmente por el hecho de que mezcla
pantomima y danza.
La danza clásica exige una importante concentración del bailarín,
quien debe ejecutar movimientos corporales con mucha precisión y
coordinación. El entrenamiento es imprescindible ya que muchas de las formas del ballet requieren de elasticidad y fortaleza.
El vestuario ocupa un rol fundamental en la danza clásica. Los bailarines utilizan ropa adherida al cuerpo para que sus movimientos puedan apreciarse con mayor facilidad. Se conoce como puntas de ballet
a unas zapatillas especiales con puntas de yeso o cartón: esto permite
que la bailarina pueda sostener todo el peso de cuerpo con la punta de
los pies.
Esta práctica, de todas maneras, es riesgosa ya que se necesita una
gran fuerza en las piernas y puede causar desgarros o hasta fracturas.
La utilización de las puntas de ballet, por otra parte, puede ser muy
dolorosa.
Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto el citar a
algunos de los mejores representantes de la danza clásica de todos los
tiempos. En este caso, tendríamos que hacer referencia a Vaslav
Nijinski, Anna Pavlova, Rudolf Nurejev, Mikhail Baryshnikov, Julio
Bocca, Natalia Makarova…
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